CONEJOS – MANEJO Y CUIDADOS

Existen razas de conejos adaptadas a servirnos como animales de compañía, como por ejemplo, el conejo enano holandés, que, una vez alcanzado su tamaño adulto, pesa aproximadamente 1 kg. No obstante hay otras razas mucho más pesadas y grandes, como el conejo gigante flamenco, que puede llegar a pesar unos 8 kg.

No obstante, nos centraremos en esos pequeños animalitos de pelaje aterciopelado y grandes dientes incisivos.

Los conejos criados en cautividad necesitan un lugar donde vivir. Existe una gran variedad de conejeras entre las que podremos elegir,  aunque hay que tener en cuenta que, la superficie de la jaula debe ser siempre lo suficientemente grande como para que el animal pueda estirarse completamente dentro de ella. Esta jaula, además, tiene que tener una altura tal que permita a nuestra mascota levantarse sobre sus extremidades posteriores. Es aconsejable que la jaula tenga un suelo de malla o con perforaciones, ya que tienen la ventaja de requerir una limpieza menos frecuente y minimizar así la acumulación de heces, aunque lo ideal es llevar a cabo una limpieza diaria de la jaula, si es posible.

Si la jaula tiene un suelo sólido, lo mejor es cubrirlo con periódicos, serrín, virutas de madera, paja o heno.

Estas conejeras deberían contar con un nidal separado con heno limpio y seco para que nuestra mascota se sienta más protegida. 

No es aconsejable meter en la misma jaula más de un conejo macho, ya que esto puede provocar intensas peleas entre ellos. Tampoco es conveniente juntar hembras y machos en la misma jaula (recordar que son animales muy prolíficos), aunque si que podrían convivir hembras de la misma camada en la misma conejera, siempre que haya espacio suficiente.

En cuanto a la alimentación, lo ideal es utilizar pienso ya preparado, que les va a proporcionar una dieta equilibrada; en vuestra tienda especializada podrán informaros de las distintas marcas de dietas comerciales que hay en el mercado.

Esta dieta “básica” se puede complementar con heno (el que utilizamos para el lecho o cama de nuestras mascotas) y pequeñas cantidades de verduras, zanahoria, col y ensalada, que le proporcionara a nuestra mascota una mayor variedad de alimentos. 

También puede permitirse que el animal salga de la conejera (siempre bajo vigilancia) para ramonear la hierba y otras plantas, aunque eso si, evitando siempre que ingieran hierba cortada y otras plantas que no estén recién recogidas, ya que estas les pueden causar trastornos digestivos graves. Nunca se los debe alimentar con verduras y hortalizas de desecho que no consideráramos aptas para nuestro propio consumo. 

Siempre hay que evitar el introducir cambios bruscos en la dieta, ya que esto también podría ocasionar trastornos digestivos. 

Es importante que dispongan siempre de abundante agua; para ello, lo más cómodo es usar botellas especialmente diseñadas para este fin. 

Los conejos suelen ser generalmente animales dóciles, que se dejan manejar sin problemas, aunque a veces, si los animales se asustan, pueden volverse agresivos y morder y arañar a la persona que los esté manipulando. Otro problema si asustamos a nuestra mascota es que empiece a forcejear ocasionándose lesiones en la columna vertebral, lo que les provocaría una parálisis de la zona trasera del cuerpo.

Un estrés muy agudo tambien podría provocar una parada cardiaca, por lo que es muy importante manejar siempre a estos animales con cuidado y calma, tranquilizándolos para que aprendan a confiar en nosotros.

¿Cómo saber si nuestra mascota es macho o hembra?. La determinación del sexo en los animales jóvenes es muy difícil, y requiere de bastante experiencia. Los machos jóvenes poseen una abertura genital puntiaguda y que sobresale, mientras que las hembras presentan una abertura mucho más pequeña en forma de ranura. En los machos adultos, ejerciendo una ligera presión a ambos lados de la abertura genital, se pone de manifiesto la presencia del pene. 

Los conejos alcanzan la madurez sexual, es decir, pueden empezar a reproducirse, entre las 16 y las 24 semanas de vida; cuanto más pequeña sea la raza, antes alcanzarán estos animales la madurez sexual.

La gestación suele durar entre 30 y 33 días, y después pueden nacer entre 4 y doce gazapos. Estos gazapillos se destetan y empiezan a comer por su cuenta a partir de las 7 u 8 semanas de vida. 

Entre las enfermedades que pueden desarrollar nuestras mascotas y que precisarían de la visita a nuestro veterinario, se encuentran:

a)    La Tiña: se caracteriza por la aparición de zonas sin pelo y con descamación de la piel. A veces se acompaña de un picor intenso, con aparición de exudado y costras.

b)    Ácaros: Normalmente se detectan en el conducto auditivo, aunque en casos más graves podría extenderse a toda la oreja. Se caracteriza por que el conducto del oído se enrojece, aparecen ulceritas y se obstruye con un exudado de color marrón.

c)    Abscesos: son pequeños acúmulos de pus debajo de la piel, originados normalmente  por las peleas que tienen con otros animales de su misma especie (mordeduras, arañazos, etc).

d)    Inflamación de los tarsos: la pérdida de pelo y aparición de ulceraciones en la zona inferior de las extremidades posteriores, suele deberse a la existencia de traumatismos originados por las jaulas mal diseñadas, o por una exposición constante a suelos húmedos y sucios. A veces también las extremidades anteriores pueden verse afectadas.

e)    Crecimiento excesivo de los dientes (mal oclusiones): un crecimiento excesivo de la dentadura puede dificultar los movimientos normales de la mandíbula. Los animales afectados babean mucho y dejan de comer. Si esto ocurre, es necesario cortar o limar esos dientes o muelas que han crecido más de la cuenta.

f)    Bolas de pelo: un exceso de limpieza e ingestión de pelo por parte de nuestra mascota, puede provocar la aparición de bolas de pelo en el estómago. Los animales que padecen este problema van a mostrar una pérdida de apetito, y a veces tambien trastornos digestivos debido a procesos digestivos secundarios.

g)    Enfermedades respiratorias: muy frecuentes en estos animales. El stress ambiental, la gestación, la lactancia o la presencia de otras enfermedades, pueden provocar que se desencadenen estos procesos respiratorios. Los síntomas que presentan estos animales son: mocos, conjuntivitis, otitis, etc.

h)    Parálisis del tercio posterior: generalmente ocasionadas por lesiones en la columna vertebral cuando el animal forcejea o realiza un esfuerzo violento.

i)     Mixomatosis: enfermedad de origen vírico que se transmite de los conejos salvajes a los conejos domésticos a través de la picadura de la pulga  del conejo. Se caracteriza por provocar conjuntivitis (a menudo purulenta) con inflamación de os párpados que provoca el cierre parcial o total del ojo del animal. Luego se produce una inflamación de la zona de la cabeza y cuello. La vacunación puede proteger frente a esta enfermedad, por lo que es muy aconsejable vacunar a nuestras mascotas una vez al año frente a la mixomatosis vírica.

Siempre que comprobéis la existencia de algunos de estos síntomas en vuestra mascota, pedid consejo veterinario.

Aunque en nuestro país aún no está muy desarrollado el gusto por tener a un conejillo por mascota, poco a poco iremos comprobando como estos pequeños animales de pelo suave y mullido, son capaces de darnos su cariño y compañía y hacernos pasar momentos muy felices.